La Universidad de Harvard reveló los cambios sutiles que puede agregar a su comida del desayuno a la cena para mejorar su salud.
Estudio tras estudio, los científicos revelan que la mala alimentación no solo afecta nuestro estado físico sino que cada vez más las consecuencias para la salud, en general, aumentan. Esos gramos de más de azúcar y sal se pueden convertir en enfermedades del corazón, y el consumo contínuo de carnes rojas se puede transformar en problemas intestinales.
Por eso el Departamento de Salud de la Universidad de Harvard se puso en la tarea de diseñar pequeños hábitos en la rutina de 100 familias en Estados Unidos, encontrando que con pequeños cambios se puede mejorar el estilo de vida.
Mejora del estado de ánimo, aumento de energía y defensas altas son algunas de las ventajas que encontraron con estos cambios. «En vez de señalar las cosas malas que están en la alimentación, nos enfocamos en rescatar lo bueno de forma práctica para que cualquier persona lo pueda hacer desde ahora», cuenta la doctora Josiemer Mattei en su estudio.
A continuación vea los cambios sutiles que propone la Universidad de Harvard:
Póngale verduras al desayuno
La próxima vez que se esté preparando unos huevos revueltos no dude en agregar cualquier tipo de verdura. Desde un poco de espinaca, hasta unos espárragos para hacer mucho más saludable el primer plato de la mañana.
«Al agregar vegetales a su desayuno está asegurando la primera carga de fibra de la mañana. Esto restablecerá sus intestinos y mejorará los antioxidantes del cuerpo para combatir enfermedades», resalta Mattei. También puede añadir un poco de aguacate en tostadas, zapallo, jugo de zanahoria e incluso calabacín.
Más proteínas para el desayuno
«Según nuestros estudios, 30 gramos de proteína durante el desayuno logran estimular y mantener el estómago activo, hasta la próxima comida, es decir, las once de la mañana», comenta Mattei.
Aquí puede comer tres huevos revueltos, que aproximadamente son 21 gramos de proteína, los puede acompañar con una lata de atún para alcanzar las proteínas ideales.
Puede alcanzar la misma cantidad de proteínas con un vaso de yogur o una barra de queso. También tenga en cuenta el salmón al desayuno, maní, leche e incluso una pechuga de pollo o pavo.
Snacks saludables
Piense dos veces si ese paquete que compró en la tienda realmente calma su hambre de la tarde o si simplemente lo dejará con ganas de comer más. Para encontrar un snack que realmente sacie su apetito evalúe los que son difíciles de consumir en exceso. «Puede comer rodajas de manzana, gajos de mandarina o naranja, huevos duros, pepinillos e incluso aceitunas y frutos secos», cuenta Mattei. A esta lista se le puede agregar barras de zanahoria, apio, uvas congeladas y banano.
Almuerzo con hierbas
Olvídese de la salsa de tomate, la mayonesa, la sal y la miel mostaza para sazonar sus comidas favoritas. Más bien piense en hierbas frescas y aprenda a usar lo que hay a su alrededor para darle sabor a sus comidas. Además de no tener calorías, las hierbas están cargadas de antioxidantes por lo que puede convertir su almuerzo en una opción realmente nutritiva.
Empiece con algo sencillo, como por ejemplo, agregar cebolletas a sus huevos revueltos o unas hojas de tomillo y cilantro a un plato como la pechuga de pollo. Con este cambio se va a olvidar rápido de la sal y aprenderá a descubrir el verdadero sabor de los alimentos.
Disfrute y coma temprano
Caída la tarde debe ir pensando en una cena que lo deje satisfecho hasta el otro día, pero que también lo deje dormir por las noches. «Lo que recomendamos es que toda clase de cena debe ser antes de las 8 p.m. porque el cuerpo se está preparando para descansar. Estamos seguros de que es difícil conciliar el sueño luego de una frijolada», comenta Mattei.
FUENTE: https://revistadiners.com.co